Dame una religión en que creer.
Para así fundir mis pies.
Y caminar en el mar.
Ser devota de tu andar.
Dame metros de tu piel.
Para dormir en tu regazo.
Que es abrigo color miel
Y crear vida en cada abrazo.
Dame otro sol en mi sistema.
Y alguna cura preventiva.
Que el frío crudo se aproxima
Y me doblega, no me abriga.
Dame una voz suplente
Que potencie la vertiente.
De esos versos que recito
Hacia vos y el infinito.
viernes, 24 de abril de 2009
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