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Tira la carnada y se toca la frente.
Se disuelven sus ojos en la taza del té.
Y conjuga siempre al vacio.
Un mortal subjuntivo
De aguja que borda un deseo encontrado.
De despertar en un cuerpo nuevo y seguirle
Hasta la sed y la hambruna.
Hasta el hartazgo sus pasos.
Y me ajusta la soga al cuello erizando su pecho.
Globo que explota con la cercanía al sol.
Su labio tieso dibuja sonrisas de lado maléfico
Y perdura en la amargura de mi sueño a medio hacer.
La pluma vuelve en ráfagas que me dejan estática-expectante, y cuando termina la epifanía solo me queda dolor en la mandíbula y vacio espacial. Toda destreza necesita ejercicio. Ante la inacción se atrofia el musculo que se esfuerza. En primera instancia se pone blando a merced de una quietud fofa y carente de novedad. Luego se ofende y se seca. Sin más venas ni latidos, sólo grietas.
La radio vomita canciones para el suicidioCon tu voz en off Y yo sólo espero que mi sangre nuevaDestiña los pecados de mi egoísmo¡Esos últimos besos que te di!Benditos besos, sagrados besosBesos de dolor, besos de muerteDesde el alma besos, desde el estómagoCon tu perfume obstruyendo mi pechoMorir impregnada de tu adiósY más desear tu proximidad asesinaSeguir enamorándome de tus cambiosDe tu súbito ímpetu, tu íncubo trópicoTu cómico hábito, tu épico tránsitoTu tétrico tópico, tu trémulo pálpitoDe tu tácito sátiro, tu táctico léxicoTu cálido hálito, tu drástico árticoTu tóxico ósculo, tu mágico páramo.
Febrero sabe más que vos Y es el mes más corto del año.Será que te falta crecer para saber dar la cara y esconder las manos.Será que te hace falta que te falten y a las promesas también.Porque al parecer la cobardía se ha puesto de moda,Como fue una vez nuestro amor la estrella. Que ahora se apaga por desgasteY hace el cambio de domicilio.