jueves, 30 de julio de 2009

Tarde

En el universo de nuestros cuerpos palma se funde en palma y nuestros brazos se unen y crecen millas formando un trópico de Venus que abraza el mundo.
Porque no existe cartografía capaz de diagramar las vueltas de nuestra pasión ni paño tan extenso para abarcar la enormidad del vos y yo.
En la isotopía de nuestro idioma vos sos mi muletilla de cabecera y yo la frase adjetiva por siempre adornando tu sustantivo impropio.
Porque tus ojos derraman la calma que mi alboroto necesita y tu vientre quiere ser la cuna que ponga a dormir mis temores.
Así, amarte se vuelve fácil en la quietud y en la paciencia.

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